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Cryolipolysis

El frio que destruye la grasa. Criolipólisis

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El frio que destruye la grasa. Criolipólisis

La criolipólisis es un tratamiento que utiliza los efectos del frío sobre el organismo para destruir de forma selectiva y no invasiva el tejido graso localizado en zonas problemáticas. Una forma de modelar el cuerpo de la forma deseada y mostrar una mejor silueta.

El tejido graso de todo organismo está compuesto por células llamadas adipocitos, que son las encargadas de almacenar la grasa. Esta grasa, al igual que otras tipologías de grasas como el aceite de cocina, pasa de un estado líquido a un estado sólido cuando se le aplican temperaturas bajas.

La grasa se solidifica a una temperatura de entre unos 5 y 10 grados, permitiendo en ese momento romper la membrana del adipocito sin lesionar los tejidos vecinos (compuestos en su mayoría por agua, que se solidifica a los 0 grados). De esta forma, la grasa se libera lentamente de los adipocitos, que son transportados por el sistema linfático para ser procesados y eliminados a través de un proceso totalmente natural. La destrucción de los adipocitos de esta manera es permanente, por lo que los resultados de un tratamiento con esta técnica son definitivos.

La criolipólisis es adecuada para tratar cúmulos de grasa localizados de nivel moderado y denso que aparecen en diferentes zonas del cuerpo como el abdomen, los flancos, los brazos, la espalda (en especial la zona del sujetador), las rodillas, la zona subtrocantérea (también llamadas cartucheras), o los muslos, disminuyendo su volumen. El frío de esta técnica llega a penetrar hasta unos 2 centímetros de profundidad aproximadamente, por lo que la criolipólisis demuestra una gran eficacia tratando y reduciendo tejido adiposo que supere ese grosor. Sin embargo, no es un tratamiento específico para tratar la obesidad generalizada: con esta técnica se consigue una reducción notable y duradera de los cúmulos de grasa localizados, pero para un efecto más general es más efectiva su combinación con un tratamiento dietético.

El funcionamiento de la criolipólisis

La técnica de la criolipólisis se puede aplicar de dos maneras distintas: por un lado, mediante un sistema que produce una succión en la zona a tratar, logrando una disminución de la circulación y un mejor enfriamiento del tejido graso; por el otro lado, con un método de aplicación sin succión, a través de unos dispositivos que se aplican sobre la piel y cuya membrana logra el enfriamiento adecuado de la grasa sin enfriar en exceso la piel.

El método no es en absoluto doloroso, y lo único que notará la persona receptora es un frío localizado intenso al colocar los dispositivos que desaparece a los pocos minutos ya que el propio frío produce un efecto de anestesia, dejando una sensación de acorchamiento al disminuir la temperatura del tejido. Después el tratamiento, el paciente se puede incorporar a su rutina diaria sin ningún tipo de precaución o molestia residual, quedando como mucho la zona tratada algo enrojecida y con una ligera sensación de acaloramiento que desaparece a los 10 o 20 minutos.

El tratamiento no genera ningún efecto secundario, siendo el único efecto no deseable que puede aparecer alguna quemadura superficial por la exposición al frío, situación que se soluciona en poco tiempo y sin dejar ningún tipo de secuela. A nivel del organismo tampoco se produce ninguna alteración o problema, ya que no penetra ninguna sustancia y la aplicación del frío es local. Sin embargo, esta técnica no debe realizarse en personas que padezcan alergia al frío o urticaria a frigore, ya que el contacto con los dispositivos que proporcionan el enfriamiento podría provocar reacciones en la piel.

Resultados desde el frío

Se requieren un mínimo de2- 3 sesiones por cada zona a tratar para que la criolipólisis sea efectiva, con una frecuencia de una sesión cada 2 meses, aunque en ocasiones es posible que se requieran más de tres. La duración de una sesión es variable, oscilando entre los 20 minutos y las 2 horas dependiendo del equipo de criolipólisis que se utilice y de la zona a tratar.

Los resultados comienzan a ser apreciables a partir de la tercera semana de tratamiento, y son del todo visibles transcurridos dos meses del inicio del mismo, que es el tiempo requerido para la destrucción de la célula grasa y su posterior eliminación. La destrucción fisiológica del tejido graso muerto puede durar hasta cuatro meses.

¿En qué se diferencia con la cavitación?

La criolipólisis y la cavitación son tratamientos que cuentan con ciertas características similares: ambos son tratamientos no invasivos que tratan cúmulos de grasa localizados, no cuentan con efectos secundarios adversos y su acción se basa en la rotura de la membrana del adipocito para eliminar la grasa y reconstruir los volúmenes del cuerpo.

Sin embargo, sus diferencias son mucho más importantes y definitivas en el momento de elegir una opción u otra para su aplicación según las necesidades individuales. En primer lugar, mientras la cavitación utiliza ultrasonidos para sus fines, la criolipólisis, como hemos dicho, opta por el uso de las bajas temperaturas controladas y enfocadas sobre la zona problemática. El resultado de la cavitación suele ser visible de manera más rápida, aunque en ocasiones los efectos no son tan duraderos ni definitivos; por su parte, los resultados de la criolipólisis tardan algo más en aparecer, aproximadamente un mes tras el inicio del tratamiento, pero son más estables y duraderos. Para llegar a conseguir los mismos efectos en la misma zona, la cavitación requiere de un mayor número de sesiones, mientras que la criolipólisis es más rápida y requiere menos repeticiones. Por último, los resultados que se consiguen con la cavitación no dependen exclusivamente del equipo aparatológico utilizado, si no que también influye la técnica de quien realiza el tratamiento, mientras que los resultados logrados con la criolipólisis son independientes de la mano que utilice el equipo.

Efectividad complementada

El tratamiento con criolipólisis por sí mismo ofrece buenos resultados, pero es preferible complementarlo con ciertas acciones que optimizan y perfeccionan su efectividad. Por ejemplo, es conveniente mantener una dieta alimenticia adecuada para no aumentar de peso y recuperar grasa, así­ como beber una buena cantidad de agua para favorecer el drenaje linfático y promover la eliminación de los adipocitos destruidos.

Podemos optimizar los resultados con un plan dietético, disminuyendo los hidratos de carbono de alto índice glucémico como las patatas, el pan, el arroz y la pasta, elaborados con harinas refinadas, y compensando con un aumento del consumo de alimentos ricos en proteína y ácidos grasos Omega 3, como el pescado. Como fuente de carbohidratos alternativa son aconsejables las legumbres, el pan, el arroz y la pasta integrales, las verduras y las frutas, que deben ser variadas y al menos una ración diaria que sean crudas, ricas en antioxidantes (tomate, pimiento, rabanitos, canónigos, etc.). También podemos añadir algún producto proteinado (batido, barrita, etc.) como cena, por ejemplo.

Del mismo modo, es esencial mantener una rutina de ejercicio físico, en especial inmediatamente después de las primeras sesiones de tratamiento y en los días sucesivos, lo que ayudará a consumir la grasa liberada del adipocito congelado y destruido, así­ como mantenimiento de los resultados obtenidos. De todos modos, es recomendable repetir una sesión cada seis meses como recordatorio y prevención de reincidencias.

A nivel de aparatología estética alternativa, si bien, como hemos dicho, la criolipólisis es altamente efectiva por sí sola, podemos tratar otros trastornos asociados con tratamientos corporales complementarios: la radiofrecuencia, el láser frío o el velasmooth son apuestas apropiadas para obtener mejorías sobre la celulitis, la flacidez y el aspecto general de la piel.

Aunque con la criolipólisis no se pueden llegar a obtener los mismos resultados que con la liposucción, sin duda es un tratamiento no quirúrgico y no invasivo perfectamente efectivo para la reducción de la difícil grasa corporal localizada con resultados definitivos, sin efectos secundarios y sin ningún tipo de riesgo.

 

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